No podemos decir que no lo intentó, pero ese final fue decepcionante y todo gracias a un guion que parecía no tener pies ni cabeza.
Tras un total de cinco episodios producto de la mente de Sam Levinson y Abel Tesfaye, mejor conocido como The weeknd, esta serie llena de polémica desde su primer capítulo transmitida por HBO por fin llegó a su fin.
Lo que de inicio se presentó como otro proyecto que expondría la caótica vida de algunos artistas fuera de los reflectores en la industria del entretenimiento, resulto ser una historia llena de incongruencias.
Cabe mencionar que debido al declive en el que iba la serie semana con semana de los seis episodios que fueron grabados se tomó la decisión de solo transmitir cinco de ellos.
Después de tres primeros episodios en los que todo tenía una narrativa vaga con incrustaciones de escenas sexuales poco atractivas, largas y confusas, llegó el momento en el que nuestra protagonista y estrella pop Jocelyn, interpretada por Lily Rose Deep, revela que durante su niñez su madre abusó físicamente de ella.
Por su parte Tedros, el personaje de The Weeknd y líder de una secta, continúa con sus acciones bastante cuestionables hacia ella.
Es en el último capítulo donde después de una relación tormentosa, semi violenta y llena de abusos, Jocelyn descubre que el encontrase con Tedros esa noche en el club no había sido una coincidencia y que todo estaba orquestado por Dyanne, el personaje de Jennie integrante de Blackpink.
En ese momento es cuando pareciera que Jossie toma conciencia de toda la manipulación que ha vivido en esa relación y es cuando se vuelve en contra de él, llevándose a sus seguidores y el poder, sacándolo de su vida.
Así es como vemos que ella se está alistando para subir al escenario en su esperada gira mundial y por otro lado él es sólo la sombra de lo que un día fue, un hombre sin nada y el hazmerreír de quienes lo conocían.
El giro inexplicable en la trama es cuando por alguna razón Jocelyn le deja un pase a Tedros para que vaya a verla, al estar con ella es cuando se da cuenta que su intención era revelarle que todo lo que en algún momento le contó sobre su abuso fue una mentira, un truco para hacerlo creer que él tenía el control mientras ella movía los hilos por detrás.
Este debería de ser el momento culminante, todo el giro que la trama necesitaba pero no resulta más que decepcionante pues no tiene ningún sentido.
Que de un momento a otro te digan que el personaje más atormentado y frágil siempre tuvo el control de la situación parece de lo más absurdo y todo un insulto para el espectador, argumentando que sólo lo hizo porque necesitaba un poco de caos en su vida para encontrar la inspiración suficiente y volver a la cima siendo la estrella pop que todos querían que fuera.
La mayor parte del fracaso de esta serie recae en la mediocre actuación de un inexperto Abel siendo sus escenas las más criticadas en redes sociales donde incluso comentan que se ve tan real, que esa pareciera ser su verdadera personalidad, que incluso llega a dar asco.
Lo que si es más seguro es que Levinson y Tesfaye ya tenían una idea con un final seguro pero que no supieron como llegar adecuadamente a él sin perderse en el camino dándonos un contenido de dudosa calidad por donde se le vea.
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