El Lienzo Charro Hermanos Ramírez fue el gran anfitrión de la segunda edición del festival queretano y abrió sus puertas a la multitud al medio día de un caluroso sábado.
El tan esperado festival comenzó su actividad con la banda originaria de Mexicali, INSITE, haciendo entrar en calor a los asistentes tempraneros, demostrándoles su agradecimiento con un espectáculo lleno de aire en llamas.
Con un look monocromático Los Estrambóticos hicieron vibrar al público al ritmo del ska, pisar el suelo de Querétaro los hizo recordar sus inicios, pues éste fue el segundo estado que los acogió cuando decidieron aventurarse más allá de la Ciudad de México. El suelo queretano retumbó con canciones como Peter Punk, Todos somos estrambos y más.
Apostando por una electrónica experimental y teniendo de vuelta a su alineación original Hello Seahorse! le dió al Festival City su segunda fecha del #HiperTour en México. La melodiosa voz de Denisse Gutiérrez envolvió a los asistentes con la criminal fuerza de éxitos como La flotadera y No es que no te quiera.
El día de fuego continuó con Juan Muñoz jugando de local, encendiendo los imanes de los fans de Odisseo que corearon canciones como Estatua roja, Mentía y No.
El aroma de la piel canela de Charles Ans inundó de sabor el escenario del Lienzo Charro y devolvió a los espectadores las ganas de escuchar Pétalos, porque lo prohibido siempre sabe mejor y su invitada especial Ámbar fue la encargada de cerrar con broche de oro el espectáculo.
La energía del público de este cachito de galaxia llenó de magia el escenario y con el corazón en la mano David Velasco, elevó los sonidos de Porter, dejando a todos caer en un espiral de euforia con canciones como Himno Eterno, Pájaros y Mamita Santa.
Las auras de los Navegantes presentes se conectaron bajo las luces de neón de Camilo Séptimo, sintonizando con la hipnotizante energía de Manuel Coe. Algunas de las canciones que los espectadores pudieron disfrutar fueron Ser Humano, Vicio, Te Veo En El 27 y No Confíes En Mí.
Mientras los dioses ocultos movían las nubes del cielo, el escenario resplandecía con la presencia de Saúl Hernández y el misticismo que sólo Caifanes puede lograr.
Con la dulce soledad de la noche, el impacto de la lluvia azotó a los asistentes que se aferraron hasta el último segundo para escuchar la voz de Luis Humberto Navejas que estaba entregando el alma en el escenario, pero la vista de Enjambre en zonas queretanas fue interrumpida por la manía cardíaca de la lluvia dejando a los espectadores sin la posibilidad de escuchar un último tema y con la esperanza de continuar con el show más tarde, tuvieron que retirarse del escenario.
El Festival City se quedó sin la oportunidad de tener su gran cierre con La Maldita Vecindad y Salón Victoria, pues el aguacero sometió a los asistentes con una intensidad desmesurada y fue imposible continuar con el espectáculo para salvaguardar la integridad de la multitud.
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